Beacon Hills 1974 Ya no había escapatoria. Las calles se habían empapado del calor de su sudor y las huellas del pasado rondaban por su cabeza. Ocultarse no le serviría de nada, pues sus perseguidores sabían donde estaba. Una gota de sudor, le recorrió desde la cien hasta la barbilla, donde titubeó y luego cayó al suelo con un sonido tan fino que nadie pudo escucharlo, pero con la adrenalina corriendo por sus venas, el hombre había escuchado un estruendo por lo que se hecho a correr de nuevo. Sus zapatos de deportista hacían eco sobre el asfalto mientras su respiración se había convertido en un enorme jadeo. El viento hacía un silbido escalofriante y por fin...nada. Ni pasos, ni voces, ni el eco del viento, todo había cesado tan rápido como empezó. Sus ojos recorrían los diferentes caminos mientras su espalda se recargaba contra un muro de ladrillos rojos guindo. En sus oídos había una presión que quiso gritan. Un segundo más y el joven podría salir del lugar y escabullirse hacia su casa, pero...¿Poner el riesgo a su familia? Esa pregunta se quedo en su mente por lo menos dos minutos antes de que tomara la iniciativa de correr al grupo que pertenecía. ¿Que había hecho mal en su vida? Nada que él considerara importante, su trabajo no era el de un santo, pero tenía que hacerlo por el bien de la comunidad, eso fue lo que se le dijo en cuanto tuvo la edad adecuada. Su familia, amigos, gente con la que se había criado, todos ellos Nefilims, los vástagos entre los Angeles y los seres humanos con una misión en la tierra. Pero...¿cual era esa misión? Asesinar a Vampiros, licántropos y toda clase de criaturas, los llamaban "Daemonio" Nefilims que se limitaban a asesinar a seres sobrenaturales desde tiempos inmemorables. Se limitó a tomar aire por última vez antes de correr de nuevo. Un sonido muy conocido se había levantado sobre él, con el miedo en sus venas y con el deseo ferviente de defenderse, levantó la vista y un grito desgarró la noche antes de que ambos desaparecieran sin dejar huella. Beacon Hills, Actualidad. Todo habitante de Beacon Hills había escuchado de esa trágica desaparición durante los últimos cuarenta años, muchos lo catalogan como un mal entendido, mientras que otros y los que están al tanto de todo, saben que no es tan fácil como muchos lo dicen. Los Daemonios han estado desapareciendo poco a poco, sin embargo, las antiguas familias saben que es necesario, sus pequeños hijos tenían que ser entrenados para convertirse en los mejores Daemonios que pueden existir. Sin embargo, el miedo se había apoderado de los antiguos miembros, quienes ahora son abuelos o bisabuelos. ¿Por que este miedo es tan obvio en ellos? Durante los últimos dos meses, han estado desapareciendo las nuevas generaciones, niños entre siete y once años que han dejado de ser vistos por la sociedad. Sin embargo no se menciona de esto a los reporteros o a los periodistas por miedo a que se expanda algo que llene de pánico no solo a los antiguos Daemonios, si no también a madres y padres humanos, ajeno de todo esto que más que nada en este mundo, pretenden proteger a sus hijos humanos. Los Cazadores están al tanto de todo y están en busca de las víctimas, sin embargo para ellos es una sorpresa que los Vampiros y Licántropos estén tan tranquilos desde hace cuarenta años, por lo que los hacen los primeros sospechosos de todo, pues los Daemonios se había limitado a cazar a estos dos seres más que a otros. Los Brujos y los Druidas han estado en contacto para una posible unión de ambos lados. Sin embargo no saben que están contra un enemigo en común, Los Angeles caídos han estado detrás de todos los secuestros, están en busca de cuerpos mas fuertes que puedan mantenerlos dentro mas tiempo, los niños Nefilims, los hijos de los Daemonios, son los únicos capaces de tolerarlo y planean ir a por mas... ahora es cuando todo puede pasar... ¿Estas listo para averiguarlo?